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Artículo

RESIGNACIÓN O REBELDÍA

Padre Pedro Serrano García



Situación insostenible
El ser humano crea las estructuras y luego son las estructuras las que modelan al ser humano. Si las organizaciones se malean, van debilitando la moral humana.
En Honduras, existen unas estructuras económicas donde los más  fuertes abusan de los más débiles; las multinacionales y las grandes empresas oprimen a los pequeños comercios; los empresarios explotan a los trabajadores; incluso los trabajadores con empleo se olvidan de sus compañeros en paro y los funcionarios cobran de más a los ciudadanos.
A su vez, la política está sometida a la economía. Aunque los políticos son elegidos por el pueblo, una vez en el gobierno y en el congreso, se “venden” al servicio de la oligarquía nacional y extranjera, olvidándose de sus compromisos con el bien  común.
Todo ello ocurre en el marco del capitalismo en donde el objetivo de los poderosos es la máxima ganancia, priorizando la propiedad privada de producción al servicio de una minoría sobre la propiedad pública al servicio de las mayorías. En el sistema actual guiado por la ideología neoliberal, los ciudadanos y los trabajadores han sido degradados de su dignidad de personas, considerándoselos como unos instrumentos más de producción para obtener beneficios a favor de la clase dominante.
Los frutos de este sistema capitalista y depredador en Honduras son: la abundancia del caos en las estructuras económicas, políticas y sociales; crecimiento del individualismo, el egoísmo, la corrupción y la impunidad. El crimen organizado, cada vez más poderoso, se ha incrustado en las instituciones del Estado y de la economía. En constante crecimiento están las lacras sociales: pobreza, desempleo, emigración, incultura y enfermedades, así como aumento constante de la criminalidad delincuencial y política.
A Honduras la han convertido sus clases hegemónicas en un Estado fallido, una nación desintegrada, un país de asesinatos y de corrupción, una comunidad caótica. De ello se aprovechan las potencias industriales y las multinacionales que están saqueando el país.

Vías de solución
En el siglo XX pasado, para desmantelar el capitalismo se puso en marcha dos alternativas: el comunismo y la socialdemocracia. Ambos, aunque tuvieron sus éxitos, se han venido abajo. El comunismo terminó en una fuerte dictadura violatoria de los derechos humanos, para beneficio de la minoría burocrática del partido único. La socialdemocracia ha acabado en un social-liberalismo que está favoreciendo al capitalismo empobrecedor de pueblos.
Luego aunque transformemos el sistema y sus estructuras, si no hay conversión del ser humano, no habrá nunca justicia social. Por ello, en la refundación del Estado que propugnan los partidos y organizaciones de la izquierda, antes que a la formación de nuevas estructuras, se ha de dar prioridad a los valores morales por los que se han de regir los gobernantes y responsables políticos, económicos, culturales, sociales, religiosos y populares.
En ese sentido, tienen mucho que aportar las Comunidades Eclesiales de Base y los cristianos en resistencia que han optado por un sistema solidario que invalide el capitalismo en nuestro país.
La solución fundamental en Honduras es ética, la conversión del hombre a los valores de: la solidaridad frente al egoísmo, el pacifismo frente a la agresividad, la responsabilidad frente a la evasión, la sociabilidad frente al individualismo, el valor frente a la cobardía, la honradez frente a la corrupción.
En el nuevo sistema humanista que construyamos en Honduras tendrá primacía el ser humano sobre el capital, la igualdad sobre la discriminación, el bien común sobre el bien privado. Será fundamental la atención a los más empobrecidos, a las mujeres, a los niños, a los ancianos, a los minusválidos y enfermos. Nuestro ideal ha de ser levantar el Estado de bienestar para las mayorías, donde haya vivienda, trabajo, educación y sanidad para todos. Un sistema donde se priorice la dignidad y los derechos humanos, acabando con la impunidad; donde los tres poderes del Estado, junto a las fuerzas armadas y de seguridad cumplan horadamente con su deber.

Aptitudes humanas
Ante estas circunstancias, entre las diversas actitudes que los hondureños y las hondureñas podemos asumir, están las de resignarnos o rebelarnos.
*Resignación
Dejándonos llevar de la ideología individualista y pesimista, mantenernos en la pasividad de que nada podemos hacer; pues nunca se conseguirá mejorar y hasta puede que sea peor si protestamos. Cada cual que se salve a sí mismo.
 *Rebeldía
Basados en la misericordia para con los oprimidos, organizarnos para llevar adelante la utopía de establecer otra Honduras posible. Aunque haya dificultades y represiones, solo con fe y con obras haremos avanzar la justicia social en la historia. Eso sí, sin violencias, pues nuestro estilo ha de ser pacifista  y valiente.
No cabe duda, que después del golpe de Estado en el 2009, la Resistencia, aun con sus errores y deficiencias, está entre los movimientos mejor dotados para impulsar el cambio social. Será la lucha del pequeño David (las organizaciones populares) contra el gigante Goliat (Imperialismo y oligarquía nacional). El buen pueblo hondureño se merece nuestro compromiso.
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